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viernes, junio 01, 2007

Mi generacion LOS TREINTAYTANTOS



Para los que hemos nacido hace algunos años… La verdad es que no sé como hemos podido sobrevivir.

Fuimos la generación de la "espera"; nos pasamos nuestra infancia y juventud esperando.
Teníamos que esperar "dos horas de digestión" para no morirnos en el agua.

Nos dejaban en ayunas toda la mañana del domingo hasta la hora de la comunión.


Mirando atrás, es difícil creer que estemos vivos:


Los que podían, viajaban en 600 sin cinturones de seguridad y sin airbag, y se hacían viajes de 10-12 h. con cinco personas en el 600 y no pasaba nada.

Montábamos en bicicleta sin casco. No tuvimos puertas, armarios o frascos de medicinas con tapa a prueba de niños.


Y no teníamos ni lesiones, ni contracturas, ni ná de ná..
Jugábamos a ver quien era el más bestia. Nos rompíamos los huesos y los dientes y no había ninguna ley para castigar a los culpables. Los columpios eran de metal y con esquinas en pico.

Salíamos de casa por la mañana, jugábamos todo el día, y sólo volvíamos cuando se encendían las luces de la calle. Nadie podía localizarnos. No había móviles... Ligábamos con las chicas persiguiéndolas para tocarles el culo, no en un chat diciendo tonterías.

Quedábamos con los amigos y salíamos. O ni siquiera quedábamos, salíamos a la calle y allí nos encontrábamos y jugábamos a la pelota, a las chapas, a coger, al rescate, a la taba, a las canicas, al zompo..., en fin, tecnología punta.. y hay de quien hiciese trampas... crucificao de por vida.

En los juegos de la escuela, no todos participaban en los equipos y los que no lo hacían, tuvieron que aprender a lidiar con la decepción. Tuvimos peleas y nos "esmorramos" unos a otros y aprendimos a superarlo.

Algunos estudiantes no eran tan inteligentes como otros y repetían curso...
¡Qué horror, no inventaban exámenes extra!


Estudiábamos con la ultima información disponible... Igualito que bajárselo de internet.


Paleta de colores de 16 bits.

Comíamos dulces pero no éramos obesos. Si acaso alguno era gordo y punto.

Compartimos botellas de refrescos o lo que se pudiera beber y nadie se contagió de nada. Leíamos tebeos y cuentos y no los videojuegos de ahora.

Bebíamos agua directamente del grifo, sin embotellar, y algunos incluso chupaban el grifo. Íbamos a cazar lagartijas y pájaros con la "escopeta de plomillos", antes de ser mayores de edad y sin adultos. ¡¡DIOS MÍO!!


Menudas batallas...y totalmente articulados.


Ibamos a veces a la playa y pasábamos horas sin crema de protección solar ISDIN 15, sin clases de vela, de paddle o de golf, pero sabíamos construir fantásticos castillos de arena.

Nos abríamos la cabeza jugando a guerra de piedras y no pasaba nada, eran cosa de niños y se curaban con mercromina y unos puntos. Nadie a quién culpar, sólo a nosotros mismos.

Menos mal que siempre tendremos esos recuerdos como algo nuestro y de las generaciones de AHORA que, aunque tengas sus cosas bonitas, no tiene comparación.

(textos sacados de un power point llegado a mi por e-mail).

Por cierto. Muchas felicidades Eli.

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